Alrededor de 11 mil habitantes hacen vida en la comunidad de Catuche, un asentamiento auto producido de Caracas, en el que las personas que allí viven pasan la mayor parte del tiempo en sus espacios públicos para no dejar a un lado el sentido de pertenencia con la comunidad, por tal motivo, preocupados por las condiciones en las que encuentra la comunidad, trabajan en conjunto para establecer posibles y reales soluciones a largo plazo. La humildad y el carisma es una característica típica de sus habitantes, quienes aseguran y desean con tener un barrio bonito y seguro para las futuras generaciones. Es por ello que las personas identifican como objetivo primordial, el rescate de Catuche haciendo de la ribereña un lugar integrador para la convivencia comunitaria. Del mismo, se establecen ejes fundamentales que conlleve al cumplimiento del objetivo principal, dentro de estos ejes se pueden mencionar: • Participación y organización de los habitantes para la realización de los proyectos. • Formación, educación y preparación de todos sus habitantes • Programas de recuperación física y social, que a su vez conlleva trabajos de conectividad de los espacios públicos y pasos peatonales, desarrollar propuestas para la migración de riesgos, establecer servicios de infraestructura y velar por los espacios públicos compartidos. El sentido de ciudadanía de los habitantes del barrio Catuche, es lo que ha generado que las personas busquen un proceso de reconstrucción social para toda la comunidad, para ello han contado con el apoyo de varias organizaciones en especial Fe y Alegría.
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Los estudiantes del curso de ampliación nuevamente visitaron el Centro Comunitario de Fe y Alegría en La Quinta. Esta vez con un propósito más claro: explicar a los residentes de Catuche sus propuestas de solución y luego escuchar y tomar en cuenta las opiniones de la comunidad. Con esto, se logra aprender del lugar. Asimismo, la visita del viernes 16 de noviembre contó con la presencia del arquitecto y profesor de la Escuela Nacional Superior de Arquitectura Paris-La Villette, Marc Bourdier, quien escuchó atentamente las opiniones de la comunidad; recorrió Catuche desde Portillo hasta Puerta Caracas, pasando por los sectores Kínder y Sábana del Blanco. Los representantes de la comunidad que asistieron a la sesión indicaron varios puntos importantes a tomar en consideración: 1) Ellos, como representantes de las diferentes organizaciones por sectores, deben ir casa por casa para informar de esta manera a todos los residentes sobre reuniones y eventos a realizar. Esto para lograr que: se integren y conozcan los objetivos. Cuando personas ajenas a la comunidad la recorren, los habitantes pueden pensar en primera instancia que son representantes del Gobierno. 2) La idea de cultivar en las zonas fértiles y cercanas a la quebrada puede ser un “arma de doble filo”, debido a que quien cultive, querrá toda la cosecha para sí y no para la comunidad. Esto, porque si el terreno de siembra está frente a la casa de una sola familia, dicha familia pensará de inmediato que le pertenece exclusivamente.
3) Ellos han explicado en varias ocasiones a la comunidad que por falta de espacio para que los camiones transiten correctamente, la basura solo puede ser recogida en la avenida principal de La Pastora. La incomodidad de los habitantes de los sectores más alejados de La Pastora ocasiona la contaminación a la quebrada de Catuche. Asimismo, la basura es recolectada en la zona mencionada y en una de las vías principales de Sábana del Blanco. El Aseo Urbano usualmente se encarga de los desperdicios los días lunes, miércoles y viernes. Aunado a esto, indicaron que la jefatura no ha tomado acciones cuando ellos denuncian nuevas invasiones en Catuche. Además, no es por parte de los damnificados de la vaguada de 1999, sino personas del interior del país y en muchas ocasiones, planificadas y con gran número de participantes. Un recorrido mayor y a más altura estuvo previsto para el viernes 2 de noviembre. Mientras se esperaba la llegada de los demás participantes, la profesora y arquitecto, Yuraima Martin, decidió contar un poco de los inicios de las grandes labores de Fe y Alegría en la comunidad de Catuche. Fe y Alegría recibió gran apoyo, incluyendo el financiero, por parte del gobierno alemán. Antes de la vaguada de 1999, se determinó que estaban en zona de alto riesgo las viviendas autoproducidas cercanas a la quebrada y al centro de Fe y Alegría. Martin relató que los mismos residentes colaboraron en el derrumbe programado de sus hogares. Actualmente, está construido sobre un mejor terreno una serie de edificios en el cual los afectados pudieron reubicarse. Sin embargo, Martin contó que una de las vecinas todavía recuerda con nostalgia el hogar que construyó y tuvo que derribar. Asimismo, se visitó el centro comunitario de la misma organización en La Quinta, recorriendo el área de esparcimiento, la guardería y la capilla jesuita ubicada en el último piso de la quinta. Yanara Tovar, trabajadora del centro, indicó que la quinta sirve en las tardes primordialmente para tareas dirigidas a los niños de edad básica, de lunes a jueves; los viernes asisten psicólogos para atender a los niños en presencia de sus representantes. En cuanto a la guardería, cuenta normalmente con gran cantidad de bebés, sin embargo, en las últimas semanas, han enfermado por el constante cambio climático en la capital.
El equipo hizo nuevamente el recorrido por Sábana Blanco y cortó camino hasta Puerta Caracas, el sector donde está ubicado el conjunto residencial de Catuche. El señor Henri (Chiqui) guio a los estudiantes por los bloques, a su vez, indicando que la comunidad que allí reside desea que la planta baja de los edificios tenga un fin social o económico: bien sea la creación de una guardería o de quioscos exclusivos para los residentes. Vale la pena mencionar que dichos espacios altos y vacíos se construyeron de esta forma con el fin de prevenir que, en caso de otra desgracia como la de 1999, el agua no llegue a los primeros pisos. Mientras se observaban las instalaciones, el equipo fue recibido gratamente por algunos vecinos que estaban de paso por las escaleras y pasillos, incluyendo a la señora Margarita, quien también reside en el lugar. Cuando estuvieron a punto de salir, uno de los residentes saludó afablemente a los visitantes y con mucho orgullo dijo: “Bienvenidos a Catuche”. La sesión del 26 de octubre contó con un día soleado, para buena fortuna del equipo. El objetivo incumplido de la semana anterior no se retrasó más: recorrer Catuche y evaluar su estado actual para poder determinar posibles soluciones a los problemas estructurales de la comunidad. El recorrido inició en el sector La Quinta y unos vecinos contaron su experiencia en la vaguada de 1999, indicando que el nivel del agua alcanzó alrededor de dos metros de altura. Asimismo, la señora Jenny Margarita Hernández indicó que los Jesuitas han ayudado enormemente a la comunidad incluso desde antes de la vaguada; su interés por la comunidad y la integración de los habitantes para lograr el bien común ha sido el enfoque del Padre José Virtuoso y el Padre Apolinar Pérez. Los Jesuitas llevan a cabo las misas y celebración en Semana Santa desde La Quinta hasta Puerta Caracas. El equipo fue guiado por el habitante de Catuche y colaborador de Fe y Alegría, el señor Henri (Chiqui), quien señaló el apartamento en el cual una de sus vecinas perdió a su hijo hace un año por un escape de gas. El hombre había llegado a casa de su madre para almorzar y llamó a su madre para indicarle que el apartamento olía a gas; según la señora Margarita, una vez terminó la llamada, ocurrió la explosión. En la fachada del edificio permanece el color negro causado por el incidente. Yuraima Martin, profesora y arquitecto de la Universidad Central de Venezuela, relató que en el año 1996 se inició un plan para solucionar los más importantes problemas de Catuche para la época: 1) Tratamiento de las aguas negras para sanear la quebrada de Catuche; 2) Instauración apropiada de los servicios públicos; 3) Construcción de mejores vías de comunicación (vehicular y peatonal). 4) Construcción de centros comunitarios. Sin embargo, se perdieron los pocos avances logrados en el punto 1 luego de la vaguada en 1999. El equipo, luego de analizar lo observado en el recorrido por Catuche, comprobó que los problemas mencionados por la profesora Martin continúan, por lo que en la sesión académica conversaron sobre la posible solución al paso peatonal, el cual actualmente consiste en el cruce de la quebrada mediante puentes deteriorados y angostos, algunos sin pasamanos. En esta primera discusión, consideraron poco probable la habilitación de una correcta vía vehicular, por la escasa o nula capacidad espacial para la misma.
El viernes 19 de octubre estuvo rodeado de nubes y constante lluvia a lo largo del territorio capitalino. La lluvia impidió el objetivo principal de ese día, el cual era recorrer gran parte de Catuche para hacer las acotaciones puntuales con respecto a las edificaciones que se mantienen y las que no. Sin embargo, se pudo cumplir con otro propósito de este curso: aprender de Catuche con la comunidad. Catuche es uno de los barrios más longevos de Caracas. El territorio que ocupa es inusual en comparación con otras comunidades, como La Palomera o Santa Ana de Carapita, debido a que no es una zona concentrada, sino es alargada y angosta porque sus habitantes construyeron sus casas a las orillas o cercana a la quebrada del mismo nombre: Aunado a esto, Catuche fue una de las comunidades más afectadas por la vaguada de Vargas en 1999, debido a que la quebrada incrementó su cauce con el mencionado fenómeno, ocasionando pérdidas materiales y humanas. Se divide en 10 sectores: La Trilla, El Guanábano, El Portillo, La Quinta, El Kínder, El Bulevar, El Bosque, La Toma, Boca de Desecho y Los Mecedores. Los estudiantes y coordinadores lograron tomar nota sobre las viviendas y el estado del terreno desde el sector El Portillo hasta el inicio de La Quinta. En el centro comunitario de Fe y Alegría de La Quinta, se conversó con los habitantes de Portillo sobre Catuche en sus inicios y las consecuencias de la vaguada: Carmen Palacios, Fermín Maldonado, Yanara Tovar (hija de la señora Carmen) y la señora Margarita Hernández, quien trabaja para Fe y Alegría; ellos dieron sus puntos de vista sobre su comunidad.
La señora Palacios nació en Catuche en 1942. Su madre fue una de las primeras personas en tener una vivienda autoproducida en el sector. Ella junto a su esposo, el señor Maldonado, perdieron su hogar luego de la tragedia de 1999. El Estado venezolano prometió encargarse de su situación precaria, pero la ayuda nunca llegó. La señora Yanara relató que su hermano construyó, en tiempo récord de casi dos meses, la casa que, hasta la actualidad, habitan la señora Carmen en El Portillo. Ellos tienen un pequeño sembradío de yuca, plátano, ocumo, quinchoncho y demás para poder abastecerse de alimentos en su día a día. El equipo pudo entrar a su casa para verificar el estado de la misma, así como la casa de la señora Yanara, la cual es más grande y con un piso más que la de su madre, debido a que pudo construir con más tiempo a su disposición. Asimismo, el material usado para fundar la casa de la señora Yanara es más resistente que la de la señora Carmen, la cual cuenta con problemas de filtración y ventilación. |
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Marzo 2019
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